Publicación mensual de 130 páginas. La liturgia del mes, los Evangelios comentados, artículos de reflexión y más…
UN AMOR QUE ABRUMA
El Sagrado Corazón de Jesús, Corazón de carne del Hombre Dios, que ha sido formado para nosotros en el seno de María, ha palpitado, ha orado, se ha conmovido, ha sufrido. Él ha dictado las hermosas páginas del Evangelio; es la fuente de los Sacramentos. Él es quien, desde el Tabernáculo santo, sostiene, dirige, consuela nuestras almas; este Corazón es el que inspira todos los sacrificios, el que santifica todos nuestros dolores, el que hace nacer todas nuestras virtudes.
Este Corazón es el que perdona en el santo tribunal de la Penitencia, que se manifiesta a nosotros por sus inspiraciones interiores; es el que nos ha dado por madre a María, y el que, en la Eucaristía, hace sus delicias al habitar entre los hijos de los hombres.
Esta devoción resume la religión entera, es un intercambio de amor entre Dios y el hombre, es una de las más amables y más consoladoras devociones, puesto que nos muestra todos nuestros padecimientos sufridos por el Corazón de nuestro Dios, antes de llegar a nuestros corazones.
El Corazón de Jesús es el corazón del amigo más fiel, el del mejor y más tierno de los padres. Es el Corazón de Dios, abierto y herido, en el cual se ha concentrado todo Su amor . En ese Corazón traspasado está el auténtico Rostro de Dios. ¿Cuál es ese Rostro? El Rostro de amor que se da hasta el extremo. Un amor que abruma, que no atiende a razones y destroza cualquier planteamiento humano. Es un amor tan exorbitante, que solo puede ser divino.
Un amor así no se puede contar ni definir.
Solamente se puede aceptar y disfrutar.
Los Editores